Los scones irlandeses son el mejor dulce para un té o desayuno irlandés.
Precalienta el horno a 200ºC y forra una bandeja con papel vegetal.
En un bol, mezcla la leche y el zumo de limón, deja reposar 10 min. La leche tendrá una textura cortada pero así obtendremos suero de leche casero o buttermilk.
Mientras, mezcla en un bol grande la harina, la levadura y la sal.
Añade la mantequilla (mejor fría) cortada en cubitos pequeños. Con un tenedor o con los dedos integra la mantequilla en la harina hasta obtener una textura parecida a las migas de pan. Ahora añade el chocolate, las frambuesas y cualquier otro ingrediente extra, mezcla bien y reserva.
Bate un huevo y añádelo al bol de la leche. Echa el azúcar y el extracto de naranja o vainilla. Mezcla bien.
Vierte la mezcla de la leche sobre la harina poco a poco. Mezcla hasta que todo se integre formando una masa un pelín pegajosa pero manejable.
Echa un poco de harina sobre la encimera y traslada ahí la masa. Amasa un par de veces solamente y dale una forma como de tarta de unos 3 cm de grosor.
Con un cuchillo afilado corta la masa en 6 triángulos iguales. Coloca cada triángulo sobre la bandeja de horno forrada con papel vegetal y dejando unos 2 cm entre ellos. Pinta cada scone con un poco de leche o huevo batido y espolvorea con las almendras laminadas.
Hornea a 190º durante 15-20 min o hasta que estén dorados. Sírvelos templados.
*Puedes sustituir el chocolate y las frambuesas por los ingredientes que más te gusten como por ejemplo: pasas, manzana, pera, queso rallado...